Confitería Americana fue fundada en 1930 por Carmen Arévalo y Antonio Cabrera, sin saber que darían vida a una de las empresas de mayor tradición en el país. Iniciamos operaciones en una casa situada en la 3.ª calle oriente, en el centro de San Salvador. Al inicio, únicamente fabricábamos dulces artesanales y nuestras reconocidas Sorpresas para niños, productos que han estado presentes en el mercado hasta la fecha.
Don Antonio Cabrera, un hombre visionario, decidió abrir una dulcería ya que para ese tiempo El Salvador era un importador neto de confite. Para 1950, en un local más amplió situado en la 5.ª calle oriente, siempre en San Salvador, comenzamos a modernizar nuestros procesos de producción y adquirimos la primera máquina industrial.